Por: Equipo de Investigación HubBOG
Las empresas enfrentan el reto de construir propuestas de valor que no solo sean innovadoras, sino que logren conectar de forma auténtica y efectiva con sus clientes, inversionistas y aliados estratégicos. Hoy, la inteligencia artificial (IA) emerge como un aliado poderoso para lograrlo, no como un reemplazo del talento humano, sino como un socio capaz de multiplicar su capacidad de análisis, síntesis y diferenciación.
Del discurso tradicional al diseño estratégico de valor
Las propuestas de valor tradicionales suelen estar construidas desde la visión interna de la compañía: se parte de lo que se quiere ofrecer y luego se busca cómo hacerlo atractivo. El riesgo de este enfoque es caer en lo obvio o en lo que muchos otros ya están prometiendo. Aquí es donde la IA transforma el proceso. Gracias a herramientas de análisis de datos, transcripción y procesamiento del lenguaje natural, es posible capturar y desmenuzar con precisión lo que verdaderamente preocupa o motiva a los clientes y stakeholders.
Por ejemplo, a partir de la transcripción de conversaciones con posibles inversionistas o aliados, la IA puede identificar patrones de sentimientos, niveles de desconfianza o interés y las preguntas que se repiten con mayor frecuencia. Esta información permite ajustar el discurso, depurar el lenguaje y poner el foco en los aspectos que realmente agregan valor desde la perspectiva del interlocutor.
Microproblemas: el secreto para diferenciarse
Un concepto clave que se potencia con la inteligencia artificial es el de los microproblemas. En lugar de atacar desafíos genéricos como “la volatilidad del mercado” o “la necesidad de liquidez”, el análisis fino de la data permite identificar problemas más específicos y, por tanto, más poderosos para una narrativa comercial. Problemas como la dificultad de integrar nuevas tecnologías sin sacrificar la confianza de los inversionistas, o la barrera psicológica de ciertos públicos frente a conceptos innovadores como la tokenización de activos.
Cuando una empresa logra articular su propuesta de valor en torno a estos microproblemas, deja de competir en el terreno de lo obvio y comienza a ocupar un espacio único en la mente de su mercado objetivo.
La IA como generadora de confianza
La construcción de confianza es uno de los activos más valiosos —y a menudo más frágiles— en los negocios. La IA, bien utilizada, permite probar y ajustar discursos y modelos antes de que lleguen al mercado masivo, ayudando a identificar posibles objeciones, puntos débiles y zonas grises en la comunicación. Al presentar un análisis basado en datos, no en opiniones, las empresas pueden demostrar un nivel de preparación y transparencia que resulta altamente valorado por inversionistas y clientes.
Además, al integrar la IA en el proceso de escucha y adaptación —por ejemplo, análisis de sentimiento o mapas de percepción— se refuerza la idea de una empresa ágil, atenta y comprometida con ofrecer soluciones que realmente resuelvan los problemas de su audiencia.
El lenguaje como activo estratégico
Uno de los mayores aportes de la inteligencia artificial es la posibilidad de transformar el lenguaje en un activo estratégico. La IA permite mapear cómo los términos, metáforas y conceptos utilizados por una empresa son percibidos por diferentes públicos y ajustar en tiempo real el discurso para maximizar su impacto. Esto es especialmente relevante en mercados donde conceptos técnicos o innovadores pueden ser malinterpretados o generar resistencia.
Por ejemplo, términos como “póliza” o “seguro” pueden despertar connotaciones no deseadas en ciertos contextos. La IA ayuda a detectar estas señales tempranas y a sustituirlas por alternativas más alineadas con los objetivos comunicacionales y las sensibilidades del público.
Conclusión
Hoy más que nunca, diferenciarse no es solo una cuestión de tener un buen producto o servicio, sino de ser capaz de comunicarlo de manera que resuene con los verdaderos problemas y aspiraciones de los clientes e inversionistas. La inteligencia artificial ofrece a los empresarios una herramienta invaluable para lograrlo: un socio silencioso, pero efectivo, que amplifica la capacidad de escuchar, entender y responder con propuestas de valor realmente significativas.
Integrar la IA en el diseño de estas propuestas no es una moda, sino una oportunidad estratégica para quienes buscan construir negocios sostenibles, relevantes y con propósito en el mercado global.
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